1. El derecho de toda persona a la vida está protegido por la ley. La muerte no puede ser infligida a nadie intencionadamente, excepto en la ejecución de una pena de muerte pronunciada por un tribunal en_cc781905-5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d caso en que se castigue el delito de esta pena por la ley.

2. La muerte no se considerará infligida en violación de este artículo cuando resulte del uso de la fuerza hecho absolutamente necesario:

a) para garantizar la defensa de cualquier persona contra la violencia ilegal;

(b) para efectuar un arresto legal o para prevenir la fuga de una persona legalmente detenida;

c) para reprimir, conforme a la ley, un motín o una insurrección.